La Santa Trinidad – Libro 1

Principios Cristianos

BLACK AND WHITE

£8.99

« … Hoy, fiesta de mi Sangre, te ilumino un misterio. Di: « Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo », porque te quiero hablar de Nosotros.

Mira: Dios es luz. Esto es lo único que puede en cierto modo representar a Dios sin estar en antítesis con su espiritual Esencia. La luz es, y también es incorpórea. Tú la ves pero no la puedes tocar. Ella es. Nuestra Trinidad es luz. Una luz ilimitada. Manantial de Sí misma, viviente de Sí misma, obrante en Sí misma.

Todo es Trino en Nosotros. Las formas, los efectos, los poderes.
Dios es luz. Una luz vastísima, majestuosa y sosegada es dada por el Padre. Círculo infinito que abraza toda la Creación, desde el instante en que fue dicho « Hágase la luz », hasta los siglos de los siglos, porque Dios, que es eterno, abraza la Creación, desde que ella existe, y continuará abrazando, cuanto, en la última forma, la eterna, después del Juicio, quedará de lo Creado. Abrazará a quienes son eternos con Él en el Cielo.
Dentro del círculo eterno del Padre hay un segundo círculo, generado por el Padre, que obra de un modo distinto pero no contrario, porque la Esencia es una. Ese es el Hijo. Su luz, más vibrante, no da solamente la vida a los cuerpos, sino que da la Vida a las almas, que la habían perdido, mediante su Sacrificio.
En el interior del segundo círculo, producto de los dos obrar de los primeros círculos, hay un tercer círculo de luz aún más vibrante y encendida. Es el Espíritu Santo. Es el Amor producto de las relaciones del Padre con el Hijo, tránsito entre los Dos, y consecuencia de los Dos, maravilla de las maravillas.
El Pensamiento creó la Palabra y el Pensamiento y la Palabra se aman. El Amor es el Paráclito. Él obra en vuestro espíritu, en vuestra alma, en vuestra carne. Porque consagra todo el templo, creado por el Padre y redimido por el Hijo, de vuestra persona, creada a imagen y semejanza de Dios Uno y Trino. Luz más restringida, no porque sea limitada respecto a las otras, sino porque es el espíritu del espíritu de Dios, … »

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« … Hoy, fiesta de mi Sangre, te ilumino un misterio. Di: « Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo », porque te quiero hablar de Nosotros.

Mira: Dios es luz. Esto es lo único que puede en cierto modo representar a Dios sin estar en antítesis con su espiritual Esencia. La luz es, y también es incorpórea. Tú la ves pero no la puedes tocar. Ella es. Nuestra Trinidad es luz. Una luz ilimitada. Manantial de Sí misma, viviente de Sí misma, obrante en Sí misma.

Todo es Trino en Nosotros. Las formas, los efectos, los poderes.
Dios es luz. Una luz vastísima, majestuosa y sosegada es dada por el Padre. Círculo infinito que abraza toda la Creación, desde el instante en que fue dicho « Hágase la luz », hasta los siglos de los siglos, porque Dios, que es eterno, abraza la Creación, desde que ella existe, y continuará abrazando, cuanto, en la última forma, la eterna, después del Juicio, quedará de lo Creado. Abrazará a quienes son eternos con Él en el Cielo.
Dentro del círculo eterno del Padre hay un segundo círculo, generado por el Padre, que obra de un modo distinto pero no contrario, porque la Esencia es una. Ese es el Hijo. Su luz, más vibrante, no da solamente la vida a los cuerpos, sino que da la Vida a las almas, que la habían perdido, mediante su Sacrificio.
En el interior del segundo círculo, producto de los dos obrar de los primeros círculos, hay un tercer círculo de luz aún más vibrante y encendida. Es el Espíritu Santo. Es el Amor producto de las relaciones del Padre con el Hijo, tránsito entre los Dos, y consecuencia de los Dos, maravilla de las maravillas.
El Pensamiento creó la Palabra y el Pensamiento y la Palabra se aman. El Amor es el Paráclito. Él obra en vuestro espíritu, en vuestra alma, en vuestra carne. Porque consagra todo el templo, creado por el Padre y redimido por el Hijo, de vuestra persona, creada a imagen y semejanza de Dios Uno y Trino. Luz más restringida, no porque sea limitada respecto a las otras, sino porque es el espíritu del espíritu de Dios, … »