¡Oh! ¡Sí, Jesús! Si me amas mucho, me esforzaré por ser bueno, como quieres y mi padre quería que yo fuera. Y mi madre ya no tendrá dolor en su corazón…’
‘Te amaré como ningún otro hombre posiblemente podría amarte, voy a amarte tanto, yo Te amo. No Me defraudes’.
‘No, Maestro, no lo haré. Yo estaba lleno de conflictos. La envidia, los celos, el afán de superación, la sensualidad, todo se enfrentaron en mí contra la voz de mi conciencia. …Era mi naturaleza malvada … Pensé que era Tu primer discípulo … y, ahora sólo me has dicho que Tú ya tienes uno. ‘
‘Lo viste por ti mismo. ¿No recuerdas que en la Pascua estaba en el Templo con muchos Galileos?’
‘Pensé que eran amigos … Pensé que era el primero en ser elegido para tal destino, y que, por tanto, yo era el más querido’.
‘No hay distinciones en Mi corazón entre el primero y el último….Pero aquí está Juan viniendo con Simón. Juan, Mi primer discípulo, Simón, aquel de quién te hablé hace dos días. Tú ya has visto a Simón y a Juan. Uno de ellos estaba enfermo…’
¡Ah! El leproso! Recuerdo. ¿Es él ya Tu discípulo? ‘
‘Desde el día siguiente’.
‘¿Y por qué tuve que esperar tanto tiempo?’
‘¡Judas!’
‘Tienes razón. Perdóname’.
Te Veo como Eres
Las Crónicas de Jesús y Judas Iscariote
BLACK AND WHITE£5.99
Product Description
¡Oh! ¡Sí, Jesús! Si me amas mucho, me esforzaré por ser bueno, como quieres y mi padre quería que yo fuera. Y mi madre ya no tendrá dolor en su corazón…’
‘Te amaré como ningún otro hombre posiblemente podría amarte, voy a amarte tanto, yo Te amo. No Me defraudes’.
‘No, Maestro, no lo haré. Yo estaba lleno de conflictos. La envidia, los celos, el afán de superación, la sensualidad, todo se enfrentaron en mí contra la voz de mi conciencia. …Era mi naturaleza malvada … Pensé que era Tu primer discípulo … y, ahora sólo me has dicho que Tú ya tienes uno. ‘
‘Lo viste por ti mismo. ¿No recuerdas que en la Pascua estaba en el Templo con muchos Galileos?’
‘Pensé que eran amigos … Pensé que era el primero en ser elegido para tal destino, y que, por tanto, yo era el más querido’.
‘No hay distinciones en Mi corazón entre el primero y el último….Pero aquí está Juan viniendo con Simón. Juan, Mi primer discípulo, Simón, aquel de quién te hablé hace dos días. Tú ya has visto a Simón y a Juan. Uno de ellos estaba enfermo…’
¡Ah! El leproso! Recuerdo. ¿Es él ya Tu discípulo? ‘
‘Desde el día siguiente’.
‘¿Y por qué tuve que esperar tanto tiempo?’
‘¡Judas!’
‘Tienes razón. Perdóname’.